miércoles, septiembre 14, 2005


Nos perdimos en la inmensidad de la nada, en lo eterno de lo finito, en la mentira piadosa y en las noches nubladas.

Olvidamos el mantra; nos echamos al sol, bajo el manto gris de la mañana, sobre la arena mojada, oyendo el quejido de las olas.

Tu corazón no late, mi cuerpo no respira; nuestras pupilas se expanden para captar la imagen en la oscuridad, no sabemos si existimos, no sabemos si vivimos; no sabemos morir...

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