sábado, agosto 20, 2005

Que difícil es decirle adiós a las cosas, a las situaciones, a los sentimientos, que difícil es intentar darse cuenta si es amor o rutina, que difícil es aceptar que todo ha terminado ya.

Pareciera que existe un abismo tan grande entre el pasado y el futuro y el presente es la parte más honda y oscura.

Pero ya, no se puede bajar mas, es momento de subir, escalar para salir de la depresión en que uno se encuentra sumergido gracias a las dudas de otros.

Es difícil dejar de llorar, deshacer el nudo enorme en la garganta y prohibirle a los parpados soltar las lagrimas y al alma evitarle los suspiros.

Es triste darse cuenta cuanto se ha fallado, cuantos tumbos ha dado y la cantidad de raspones que hay que sanar.

Dejar al aire las heridas para dejar que sanen solas por efecto natural pero corriendo el riego de que alguien mas las toque y duelan de nuevo.

Parece imposible de olvidar el amor que se entrego sin reservas, sin limites, sin pedir nada a cambio y convertirlo en indiferencia y total olvido.

Pero hay que decir basta y comenzar de nuevo, recuperar lo perdido y guardarlo como un tesoro, recordar que es tonto entregar todo a quien no sabe cuidarlo.

Es tiempo de recordar que hasta el amor se puede olvidar.