viernes, febrero 10, 2006

Y continuo con mi síndrome de abstinencia, con mi no poder tomar, ni fumar, ni coger, ni mucho menos dormir; me paso la noche preguntándome si vale la pena tratar de recuperar algo de lo perdido, (de lo dejado no, eso ya esta olvidado) si no de lo pedido, de todo eso que perdí cuando me hice dependiente y ahora, que ya no lo soy, quiero volver a tener.
Oportunidades he tenido muchas, demasiadas, al grado de no saber que hacer con tantas, pero estoy frustrada hasta tal grado que no me siento capaz de sacar el mejor provecho de las cosas y opto por dejarlas pasar.
¿Amor? hay en todas partes, pero por el momento no es lo que necesito. ¿Pasión? la he tenido a montones, pero no es algo que me satisfaga. ¿Soledad? resulta ser la única aliada en estos momentos de tensión, estrés y desesperación.
Hablar, he intentado hablar, con el, con ella, contigo, conmigo misma y nisiquiera yo me entiendo, estoy en desacuerdo hasta con mis propias ideas, y no es que no sea congruente, es quizás que un día planeo y a la noche ya todo valió madres.
... por esta vez, solo en esta ocasión, quisiera poder dejar la mente en blanco -habilidad que he ido perdiendo con el paso de las horas- acostarme, que me ataque el sueño y dormir, sin soñar, solo sentir que no existe nada dentro de mí.

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