lunes, mayo 08, 2006

Mientras tu voz reclama por el auricular mi atención, yo desvió la mirada hacia las flores marchitas en mi viejo y seco florero de cristal, tanto polvo guardado entre los pétalos que alguna vez fueron suaves y olorosos y ahora luchan por mantenerte adheridos a un tallo inerte y muerto.
Mientras te contesto con monosílabos pasan por mi mente viejas imágenes en sepia, fotografías instantáneas de lugares y momentos que, gracias a ti, había olvidado.
-Me escuchas Adriana- gritas momentos antes de que cuelgue el teléfono para recordarte que ni tu, ni nadie, tiene derecho a borrarme mis recuerdos.

1 comentario:

JorgeM4rtinez dijo...

Esperó con el corazón desbocado, oyó en la distancia en timpre familiar, una vez, dos veces, tres veces, escuchó por fin la voz cansada del hombre de su vida, en una casa vacia, sin ella, sin nadie.
-¿Bueno?
Tuvo que esperar que pasara una gruesa bola de lágrimas por su garganta.
-¿Amor?, vida mía… – suspiró.
Las lágrimas la vencieron. Al otro lado de la línea hubo un breve silencio de espanto y la voz enardecida por lo celos escupió la palabra:
- ¡Puta!
Y colgó en seco.