martes, febrero 22, 2005

Afuera llueve
tu piel esta chinita por el frió que entra por la ventana, te levantas y la cierras.
Te sientas a esperar que el teléfono suene, que salte la ventana del mensajero o a que entre alguien por aquella puerta semiabierta y te bese discretamente el cuello.

Siempre estas así, tu vida transcurre en una sala de espera donde tu eres la única que permanece inamovible, seria, callada.

Las suelas de tus zapatos están intactas, sin usar, en el reloj no transcurre el tiempo, por la ventana no se observan los atardeceres, el día no acaba.

Estas encerrada en una burbuja de tiempo cuya cutícula es impenetrable.

Quedaras ahí, olvidada y atacada por los recuerdos que nadie mas menciona. tu misma serás un recuerdo, viejo y amarillento, perdido en algún lugar del infinito, en la mente de algún loco enfermo de altzheimer.

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